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Ponerse a estudiar para un examen es algo que suele costar a la mayoría de los alumnos. Abrir el libro o los apuntes y enfrentarse a una nueva lección en los ratos libres es un sacrificio que se debe hacer para alcanzar los objetivos académicos, sin embargo, a veces parece que no sirve de nada y que las horas se tiran sin obtener grandes avances. Esto puede ser desesperante.
Las diferentes técnicas de estudio pueden ayudar a sacar más partido de ese tiempo invertido e incluso pueden hacer que el proceso sea mucho más ameno. Si tú también quieres beneficiarte de ellas, ¡no te pierdas este artículo! Aquí te vamos a mostrar las 7 mejores técnicas de estudio para superar el curso, la oposición o la carrera con éxito.
¿Para qué sirven las técnicas de estudio?
Las técnicas de estudio son estrategias para el aprendizaje que permiten a los alumnos fijar los conceptos que tienen que aprender de una forma eficiente, con un esfuerzo menor. Empleándolas se invierten menos horas en esta tarea, se optimiza el tiempo y se obtienen resultados mucho más duraderos.
Su importancia es tal que las academias especializadas en pruebas complejas como LO+EIR, centrada en el examen EIR, emplean técnicas para ayudar a los estudiantes a memorizar los conceptos. Están integradas en las plataformas digitales de docencia y son herramientas que arrojan grandes resultados. Conociéndolas, las horas de estudio saldrán más rentables. Tú también las puedes practicar en casa.
7 técnicas de estudio efectivas
En la actualidad existen variedad de técnicas de estudio diferentes y para todos los gustos, de hecho, algunas son muy diferentes y sirven para tipos de personas muy dispares: según sus necesidades y la forma en la que funciona su memoria. Hemos reunido para ti las 7 mejores, de forma que puedas escoger la que más se adapta a tu estilo y a tu forma de estudiar, ¡echa un vistazo!
Técnica 1: lectura con comprensión
La primera fase de cualquier estudio es leer los textos o apuntes para comprender los conceptos. Muchos alumnos hacen una lectura por encima para quedarse con una idea general de lo que aborda el tema, algo que después sirve para otras técnicas de estudio.
Sin embargo, hacer una lectura comprensiva es una técnica en sí misma que ayuda a fijar los conocimientos. Se trata de leer con pausa y atendiendo a cada una de las indicaciones del texto, haciendo un ejercicio de entendimiento a cada paso.
Esta técnica llevará mucho más tiempo que una lectura normal. Habrá que hacer un primer repaso para saber de qué trata el texto. Una segunda ronda para comprender los conceptos. Una tercera para fijarlos. Después, todas las que sean necesarias hasta que se queden grabados en la memoria de manera eficiente. Se pueden emplear subrayados o anotaciones para que esto resulte más efectivo.
Técnica 2: las anotaciones
Los apuntes son los textos de propia creación que se redactan mientras tiene lugar una explicación por parte del docente. Es algo que se aconseja, pues permite recordar sus palabras y también obtener un pequeño resumen escrito a la manera de cada persona, una lección totalmente personalizada que resultará más sencilla de comprender.
Escribir nos ayuda a expresarnos a nuestra manera, algo que está permitido en cualquier examen de desarrollo mientras se pueda emplear un lenguaje lo suficientemente formal. Por lo tanto, una buena técnica es hacer anotaciones también de la teoría de los libros a la manera de cada cual, además de los propios apuntes. Explicarse a uno mismo la lección ayudará a mostrársela a un tercero cuando llegue el momento.
Técnica 3: el subrayado
El subrayado es una técnica muy común que se emplea a menudo en el estudio. Por desgracia, algunos alumnos la encuentran poco eficiente porque no la practican de la forma correcta. Para que funcione, es indispensable conocer su razón de ser y escoger las palabras más adecuadas para destacar.
El subrayado es de utilidad para resaltar en el texto las palabras clave, aquellas que son realmente importantes, y hacer que destaquen a primera vista: antes incluso de empezar a leer. Por eso es crucial hacer una primera lectura que sirva de filtro y en la que se escojan los conceptos valiosos de cada página.
Además, lo más eficiente es subrayar solo un par de palabras de cada vez, aquellas que hay que destacar. El error más frecuente es resaltar enunciados completos o descripciones íntegras. De esta forma, todos los apuntes o libros acabarán resaltados casi al completo y perderá su efectividad.
Técnica 4: el resumen
Está demostrado que escribir de nuestro puño y letra ayuda a fijar los conceptos, de hecho, es más eficiente que limitarse a leerlos. Para potenciar esta circunstancia es muy interesante hacer un resumen de la lección o de los textos que tenemos que aprender. Pero, ¿por qué hay que sintetizarlos en lugar de copiarlos literalmente?
Al resumirlos, se está haciendo un doble ejercicio que minimiza el tiempo en el que seremos capaces de aprender la lección. En primer lugar, pensar en explicar con las palabras de cada uno la lección y quedarse con lo más importante durante el proceso. En segundo lugar, la actividad de escribir a mano que afianza las palabras en la memoria.
Técnica 5: la memotecnia
La memotecnia es, al fin y al cabo, un conjunto de prácticas muy diferentes. El secreto va a estar en emplear la que le funcione a cada uno y la que encaje mejor con el tipo de memoria que tiene por naturaleza.
Estas técnicas pueden ser juegos de palabras con las lecciones, canciones, imágenes para los que tienen memoria visual, listas con números o archivos de audio. Solo hay que experimentar para encontrar la más adecuada, ¡o crearla desde cero!
Técnica 6: mapas conceptuales
Los mapas conceptuales son técnicas perfectas para las personas que tienen una memoria más bien visual y para los alumnos creativos a los que les cuesta ponerse a leer durante horas. Se emplea la lógica, la creatividad, la escritura y el impacto visual.
Consiste en hacer un esquema con los conceptos más importantes y un sistema de flechas que los une con sus definiciones o asociados. Estos conectores se ponen de diferentes colores según el tema, la época o la rama a la que pertenecen. De esta forma quedan las lecciones expresadas de una forma muy estética y fácil de integrar en la memoria. Hoy en día no es necesario hacerlo a mano, pues existen recursos digitales con plantillas prefabricadas para agilizar el proceso.
Técnica 7: metacognición
Las técnicas metacognitivas son más complejas y largas de llevar a cabo. Sin embargo, pueden arrojar resultados eficientes a largo plazo y facilitar el estudio de manera permanente.
Consiste en probar las diferentes técnicas mencionadas previamente o bien analizar las que se están empleando actualmente. De este estudio personal, hay que deducir qué está funcionando mejor o mejor para encontrar las fórmulas más adecuadas a título individual.
Llevará un poco de tiempo averiguar lo que funciona mejor con uno mismo, no nos vamos a engañar. Sin embargo, una vez encontrada la receta mágica, se puede emplear para todas las asignaturas y materias posteriores, sacando mejores resultados y optimizando el tiempo dedicado a estudiar.
¿Por qué son importantes las técnicas de estudio?
Estudiar durante muchas horas sin obtener los resultados deseados puede llevar a los alumnos a la frustración, la desesperación o la desmotivación. Contar con técnicas de estudio es importante para evitar caer en este tipo de situaciones y notar cómo el esfuerzo da sus frutos.
Empleando estas herramientas es posible encontrar el sistema que va mejor con cada persona. De esta forma, ponerse a repasar la lección será menos tedioso, más ameno y resultará reconfortante al final del día. Los estudiantes que las emplean pueden ver cómo su esfuerzo tiene consecuencias positivas y se sienten más animados para seguir aprendiendo.