Consejos

10 trucos para limpiar el bronce sin dañarlo

El bronce es una de las aleaciones más bonitas que podemos encontrar para la fabricación de diferentes objetos como lámparas, barandillas, monedas, pulseras, vajillas, figuras, cajas para las pertenencias, joyeros y adornos decorativos. Se trata de un metal que destaca por su característico color dorado y por su resistencia, además de ser empleado —como decíamos— en una gran variedad de objetos.

A continuación, te proponemos una serie de trucos y consejos para que puedas limpiar todas tus piezas de bronce de manera rápida e inmediata sin que ello te genere un verdadero quebradero de cabeza y para que tu pieza recupere su brillo y lucidez. ¡Vamos a ello!

Alcohol con jabón

¿Quién nunca ha usado el alcohol para eliminar las manchas más difíciles? En el caso del bronce ocurre lo mismo. Si lo que queremos es limpiar figuras hechas con este material, entonces podemos llevar a cabo una mezcla de alcohol con jabón. Según nos recomiendan en el artículo http://limpiando.top/como-limpiar-bronce/ del portal especializado en limpieza, la mezcla para que la limpieza sea efectiva debe contener 2/3 de alcohol y 1/3 de agua con jabón. Ahora bien, en caso de que se trate de piezas más delicadas —como es el caso del bronce dorado antiguo— se debe tener más cuidado, ya que estas piezas contienen también un revestimiento de oro, lo cual amerita un tratamiento especial.

Limpiar bronce dorado antiguo

Para limpiar el bronce dorado antiguo, lo que debemos hacer es sumergir la pieza en una mezcla de agua muy caliente con detergente para que desprenda la grasa y la suciedad Conocacumulada. Lo siguiente que debemos hacer es frotar la pieza con un cepillo de dientes y, por último, tendremos que aclarar la pieza con agua. Se recomienda que no utilices ningún otro tipo de producto ya que puede deteriorar el objeto.

Vino tinto

Si a tu objeto de bronce le ha aparecido la temida patina —aquella capa verdosa que envejece el material— debes saber que todavía está a tiempo de recuperarla. Uno de los productos más efectivos para conseguir eliminar la corrosión del bronce es el vino tinto. Este caldo, que tan delicioso sabor tiene, es también un producto de limpieza para la aleación de cobre y estaño. Lo que debes hacer es humedecer un paño con vino tinto templado y, a continuación, frotar la superficie. Después debes utilizar un paño seco para retirar los restos de este líquido de la pieza.

Pasta de vinagre, sal y harina

Siguiendo con los consejos, otra de las cosas que podemos hacer para limpiar el bronce es utilizar una pasta hecha con la mezcla de vinagre, sal y harina —la mezcla debe ser a partes iguales—. Cuando hayamos conseguido la pasta, la colocaremos sobre la pieza y la frotaremos con un paño. Se debe dejar actuar la disolución durante una media de 30 minutos. Por último, la aclararemos con agua y la secaremos.

Jugo de limón y bicarbonato

Para limpiar el bronce de manera casera podemos aprovechar varios de los ingredientes y productos que tenemos en nuestra despensa. En este caso lo que debemos hacer es mezclar dos cucharadas de bicarbonato de sodio con el jugo de un limón en un recipiente. La mezcla se debe embarrar sobre la superficie de bronce y dejarla actuar durante unos 30 minutos —como en el caso anterior—. Por último, habrá que aclarar el producto con agua tibia y secarlo con una toalla suave. Ello nos permitirá acabar con la patina y recuperar su brillo original. Deberemos repetir el proceso si la patina no se ha eliminado por completo.

Vino blanco

Al igual que el vino tino, el blanco resulta también de gran utilidad para limpiar el bronce. Si el objeto es pequeño, entonces podremos sumergirlo en un vaso con el caldo, ahora bien, si este es de grandes dimensiones y no cabe, entonces tendremos que utilizar un paño y frotar hasta eliminar la suciedad. En el primero de los casos, lo dejaremos reposar durante unos 10 minutos.

Amoníaco

Aunque el amoníaco es uno de los productos de limpieza más utilizados, debes tener cuidado en el momento de limpiar el bronce —ya que este es muy agresivo—. Lo recomendado es que pruebes, en primer lugar, cubriendo una pequeña superficie para asegurarte de que no lo deteriora. La forma ideal para limpiar con amoníaco es diluir 1/3 en 2/3 de agua. Como recomendación a la hora de utilizar este producto, asegúrate de llevar guantes.

Amoníaco, vinagre y limón

Mezcla amoníaco, con vinagre, limón y agua y sumerge el objeto en la disolución. En este caso, debes dejarlo reposar durante unos 5 minutos. Cuando haya pasado el tiempo recomendado, sécalo con un trapo suave.

Productos de limpieza específicos

Por supuesto, otra de las opciones por las que puedes optar —aunque más caras— es comprar productos específicos para llevar a cabo la limpieza de este metal. En los supermercados o tiendas especializadas podemos encontrar una gran variedad.

Dar brillo al bronce

Sobre todo, cuando se trata de bronce dorado. En este caso, una vez que haya sido limpiado —por ejemplo, con la técnica del vino tinto—, puedes encargarte de que adquiera más brillo si lo frotas con un poco de aceite de oliva. Trata de llevar a cabo esta acción de vez en cuando para que siempre se vea reluciente.

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