Hogar

Los mejores consejos para conseguir la cédula de habitabilidad

Si estás pensando en comprar, vender o alquilar una vivienda es importante que ésta cuente con una cédula de habitabilidad que esté vigente. Esto es un documento oficial que se encarga de acreditar que una vivienda completa cumple con unos requerimientos mínimos de solidez y de habitabilidad y es por esto que está apta para que las personas habiten en ella. Se trata de un documento que certifica que una vivienda es legal y tiene las condiciones adecuadas para vivir en ella.

Consejos para conseguir la cédula de habitabilidad

Si quieres conseguir la cédula de habitabilidad para un hogar debes saber que este documento lo extienden y regulan de forma legal las diferentes Comunidades Autónomas y tiene fecha de expiración cada quince años, aunque realmente su vigencia depende más de cada comunidad autónoma y de cuando ha sido otorgada cada licencia. Se trata de un documento obligatorio para poder vender, comprar y alquilar una vivienda y se necesita también para poder contratar el servicio del gas, el servicio de electricidad y el servicio del agua. Si no cuentas con una cédula de habitabilidad las compañías encargadas de proveer estos servicios no te permitirán dar de alta dichos servicios ya que es un requerimiento básico para poder optar a ellos en una vivienda.

En este punto cabe reseñar que existen tres tipos de cédula de habitabilidad diferentes, con lo que a la hora de solicitar la que necesites vas a tener que valorar cuáles son las características de la propiedad para la que quieres obtener la cédula.

En primer lugar encontramos las viviendas de primera ocupación. Este tipo de cédulas de habitabilidad han sido especialmente pensadas para las viviendas nuevas. Se trata de viviendas para las que se necesita una Licencia de Primera Ocupación que suele otorgar el Ayuntamiento responsable de hacer las obras. Estas cédulas funcionan como cédulas de habitabilidad de forma oficial.

Por otro lado encontramos las cédulas de habitabilidad de primera ocupación de rehabilitación. Se trata de cédulas de habitabilidad especialmente pensadas para las viviendas rehabilitadas que ya han sufrido una reforma bastante importante. Hablamos por ejemplo de cuando realizamos obras, ampliamos un hogar o redistribuimos los espacios dentro de una casa.

Asimismo, encontramos también las cédulas de habitabilidad de segunda ocupación, que son las necesarias para las viviendas usadas o preexistentes para las que se debe solicitar, por unos u otros motivos, una cédula de habitabilidad.

Así, cuando llega el momento de tramitar la cédula será importante presentar algunos documentos. Se debe tener en cuenta que hay que cumplir algunos requisitos concretos o específicos que dependen de cada comunidad autónoma con lo que, como cada caso es diferente, recomendamos ir a informarse a la Oficina de Vivienda o al Ayuntamiento del municipio en el que esté la vivienda para conseguir reunir la documentación que vayamos a necesitar.

Así, más alá de las exigencias concretas, será un aparejador o un arquitecto el encargado de realizar una buena inspección visual para lograr certificar si la vivienda cumple con las características y condiciones necesarias para obtener la cédula de habitabilidad. Entre los requisitos básicos que nos pueden exigir encontramos el contar con una superficie útil concreta y mínima para cada habitación y por supuesto también que exista la presencia del equipamiento del hogar necesario e imprescindible.

Hablamos de cosas como el agua, la cocina, la electricidad o los sanitarios. A partir de aquí este experto realizará un certificado que después tendrán que certificar desde el Colegio de Arquitectos y sólo entonces podremos presentarlo a la Administración o a la oficina que nos corresponda.

Lo último que debes saber es que una cédula de habitabilidad suele tardar en tramitarse normalmente entre uno y tres meses cuando presentas la documentación.

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